
Al principio dije :
“Ah ¿esto es todo? No encuentro la diferencia entre tomarme un café express y esto.
Tal vez dos cafés.
Tal vez dos cafés y una aspirina.
Tal vez dos cafés, una aspirina y una coca cola.
Tal vez dos cafés, una aspirina y una coca cola después de dar función.”
Mi garganta empezó a engordar, mi pierna se empezó a mover y mi lengua a empujar palabras que no pasaban por el proceso de selección del cerebro.
Un poco amargo, pero no más que los dos cafés o alguna medicina. Muchas risas, muchas palabras.
Llevo algún tiempo queriendo escribir lo que sentí ese día, y hoy que tuve el tiempo, no llegaban las sensaciones.
Saqué polvito e inhalé. Aaah. Lo mismo. Primero nada, pero ahora, ahora escribo rápido y escucho cómo la pluma suena al resbalar en el papel.
Vodka.
Vodka con jugo de uva.
Escribo con mi pluma morada. Del mismo morado que mi vodka con jugo de uva.
Fue muy poco pero ayuda a que se amontonen las palabras, y me encantan las palabras.
¿Será que cuando lo pase a la computadora todo parecerá absurdo? Qué ganas de leerlo mañana y decir “Ay, ¿qué es esto?”
Ahora estoy dando una clase. Qué placentero es. Daniel escribe y se entrega. Entiende todo. Él trajo el vodka y el jugo de uva. ¿No tengo los mejores trabajos del mundo?
Fumo. Con la coca fumo mucho. Muchísimo.
Puedo perfectamente dar clase y pedirle a Daniel que escriba las cosas que planeé, y hasta las oigo más fuerte.
Me llama mi mamá al celular. Le digo 3 palabras, de verdad 3 y ella responde “Ah, qué bueno que estás bien”. ¿Bien? No estoy mal pero, ¿a qué hora dije que estaba bien? Llevo casi un año de no estar bien.
Pongo música como parte de la clase.
La música sale como chorro, se encuentra con mi piel y le deja una sensación fría. Mentolada.
Comida para Divina. Otro cigarro.
Daniel trabaja bien. Quiero decir, su cerebro trabaja muy bien. De verdad espero que estas cosas que yo le comparto, le sirvan para escribir como él quiere.
Quiero preparar un show del que no escribiré ahora. En cuanto tenga un día libre volveré a inhalar y sé que lo escribiré rápido rápido.
Witty. Como dice mi australian lover.
Quiero oír lo que hizo Daniel.
Vodka,jugo de uva, humo, música, un hombre duerme en mi sala, otro en el cuarto de la compu.
¿Y el amor?
No está en la coca, ni el vodka, aunque a veces parece que sí.
Esto es lindo. Los ojos y sus movimientos reciben y reflejan el alcohol.
La lengua y sus palabras reciben y reflejan el polvo.¿Y el amor?
1 comentario:
Podría hacerte varios comentarios. No porque sea una experta, pero tuve mis variadas vivencias; entre ellas, un grupo de amigos nos alejamos; podría decir que la única vez que más la disfruté, fue cuando la probé en base; otras me despertaron mi chica super poderosa interior; y etc. Pero hasta el día de hoy, nunca se ha vuelto mi droga, y cuando la vuelvo a probar me la paso bien porque no deja que se me suba mucho el alcohol. Por otro lado, no es mi droga pues al parecer ya la traigo instalada.
Bueno, aprovechando quisiera hacerte otro tipo de comentarios, entre ellos que, aunque no he leído todos tus blogs, me ha gustado algunos que he leído.NO voy a comentar en este momento sobre ellos, lo haré de acuerdo a cada uno y respondiendo en su sección de comentarios. En realidad quiero aprovechar tu blog para comentar mi impresión cuando te conocí:
Abríste la puerta, y de lejos pude reconocer a una mujer muy plantada, sexual y sensual. La casa respiraba, sin lugar a dudas, la cruda de la noche. Miré tus paredes, te observé, y no quedó duda, fuíste extraída del tunel del tiempo de los años 40´s. Sé que no te estoy diciendo nada nuevo, ni más halagador de lo que Amalia te lo dijo; pero ese corazón de rumbera, mami, sólo es digno de alguien tan pasional y amante de la vida.
Y como mis palabras son cortas y pobres a lo que quisiera decirte, tomaré prestado un poema de Baudelaire para acercarme un poco a mi sensación.
A una mendiga de cabellos rojos (lo de mendiga no es ofensa).
Niña de cabellos rojos,
por cuyos harapos flojos
va asomando tu pobreza
y tu belleza,
para mí tienen su hechizo
tu pobre cuerpo enfermizo
y tu cabello rojizo
y el áspero rizo.
Llevas más galantemente
que una princesa indolente
las joyas de sus devotos,
tus zapatos rotos.
Que redimiendo tu porte,
un rico traje de corte
te caiga noble y sencillo
sobre el tobillo;
que, en vez de la media floja,
defensa a un tiempo y decoro,
en tu liga un puñal de oro
cruce su hoja;
que chales mal anudados
muestren a nuestros pecados
tus senos y sus rubís rojos
como dos ojos;
y que para desnudarte
sea preciso rogarte,
y a tus pies vengan a dar
sin cesar
perlas que nadie lució
y sonetos de Belleau
por tus amantes rendidos
ofrecidos;
que luchen los rimadores
por leerte sus primores
o calzarte el blanco ornato
de tu zapato
y algún paje soñador,
algún Ronsard del amor
expiará con sigilo
tu fresco asilo;
y en tus alcobas preciosas
habrá más besos que rosas,
y tu ley acatará
más de un Valois.
Ve, entretanto mendigando,
los montones husmeando
en algún viejo albañal
de arrabal.
Tú codicias, vida mía,
las alhajas de a real
y ni a ellas alcanzaría
mi capital.
Ve, pues, sin otro ornamento,
perfume, ni paramento
que tu desnuda pobreza,
!oh, mi belleza!
atte.
SEPIA
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