domingo, octubre 21, 2007

Las carencias son ganancias.*

(escribo comiendo helado)

Mmm, casi todas, y de las que sí lo son es de las que hablaré.
Si bien muchas veces las situaciones se prestan para decir que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, también hay una forma de valoración a la inversa. Cuando uno tiene algo de lo que muchas veces ha carecido y se regocija al obtenerlo.
Temo que las nuevas generaciones no tengan idea de lo que estoy diciendo, porque cada vez hay menos sorpresas en un día cualquiera; pero en otros tiempos que me tocaron vivir, y que no están tan lejanos, había que saber esperar.

La primera vez que me di cuenta de esto, fue cuando entré a secundaria y vi que en la cafetería (primer factor importante: ya no era tiendita, como en la primaria, sino cafetería) vendían paletas heladas. Yo estaba acostumbrada a que una paleta helada o un helado, se comían sólo en momentos especiales, en fiestas o cuando el universo confabulaba para que yo pudiera ir a la pape en una tarde muy especial a comprar la inusitada golosina.

La segunda impresión fuerte fue cuando entré a la Escuela de Teatro y ahí, afuera de los baños y al alcance de todas las manos había...¡teléfono! ¡Uno podía hacer llamadas entre clase y clase!
Proliferaban las pizzas a domicilio, siendo que antes sólo se comían en un domingo extraordinario, y con el teléfono ahí, hasta se podía pedir que te llevaran pizzas a la escuela. Hoy se pueden comprar pizzas en el metro, hacer llamadas desde cualquier lugar, hacer bombas de chicle ya no es un acto de alto riesgo porque aunque llegue El Villano Reventón, no habrá que despegarse el chicle de alrededor de la boca con alcohol.
Y del Internet ni hablo.

Qué discurso tan de viejita, pero así lo vivo.
Sin embargo, al estar consciente de esto, puedo disfrutar cuando las cosas que no estoy acostumbrada a tener, llegan de pronto.
A veces llega algo de dinero, a veces llega una rebanada de pastel, a veces llega algún vicio, a veces unos labios, a veces carcajadas, flores, ropa...¿y el amor?

Escribo mientras como medio litro de helado, que en el super cuesta 12 pesos, que hoy hasta yo pude pagar.

3 comentarios:

B West dijo...

antes que nada quiero dejar una queja!! no puedo leer tu blog desde la página principal, más bien desde ninguna dirección, las letras están encimadas y no se le entiende, como que tiene un error en la plantilla(soy bruja) si no fuese porque tengo bloglines, no pudiera leerte, jejeje!

ahora ya paso a hacer el comentario oportuno.


Antes se decía que el amor entre una pareja podía lograrse con el paso de los años, la vida juntos y los hijos, después se pensó que el amor se encontraba en parques, iglesias y tertulias; y hasta se aventuraron a pesar que era para toda la vida. Ahora, con estos japoneses que no paran de trabajar, podemos encontrar el amor a traves de aparatos tecnologicos y no sólo porque estos nos acercan, sino porque el amor siempre lo encontramos en los lugares menos pensados.


Besos.

Anónimo dijo...

hola, minerva:

no encuentro palabras para decirte lo entretenido, inteligente y agudo que me parece tu blog y, se entiende, que tú misma... felicidades y gracias por el tsunami de reflexiones

besos y abrazos:

mister topo

Anónimo dijo...

y falta decir que a veces uno se asusta cuando se da cuenta que en un chat publico se encuentra a niñitos de 10 años, cuando esta porqueria uno la utilizo a más edad.
cuando tienes que pedirle a tu sobrino, que te enseñe a manejar tal cosa.
no es vejez, es que estos últimos años, pasan aun mas rápido.
que se joda la hi tech