viernes, diciembre 28, 2007

Inocentes palomitas.*

Es 28 de diciembre y soy inocente. Esta muchacha a la que llaman vida, no me hizo una broma pesada, pero sí me contó un chiste buenísimo. Gran humorista que es la vida.


Estas fechas navideñas no sé por qué mueven tantas cosas. Hay mucha gente triste, mucha aturdida, pero lo tome uno como lo tome, hay una constante: de una u otra forma hay un nacimiento, o un renacer...uno vuelve al origen.
Decía un maestro de la escuela de teatro: cuando no sepas qué hacer...vuelve al origen.
Dos cosas fundamentales aprendí de él. Ésa y pisar el escenario con fruición.


Pero hablaba yo de la primera. Tuve un amanecer vuelvealorigenoso.


Sus labios han cambiado en estos... (mm...doce para treinta, no, doce para treinta y uno..menos el tiempo que pasó del inicio del ciclo escolar hasta entonces, y ocho que llevábamos...) dieciocho años. Han cambiado sus miradas, sus cuerpos, sus maneras de besar. Pero aquí estaban, hechos unos adultos preciosos.


¿No es un chiste digno de ganar un premio? ¿Quién amanece un día con sus dos primeros amores juntos?
Pues yo.

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