sábado, enero 26, 2008


Sigo celebrando la vida después de ver la muerte cerca.Qué cansado respirar sin ganas durante tanto tiempo. Y de pronto viene la pistola en la cabeza y me hace decidir: vida o muerte.Estoy recordando mis momentos de muerte una vez más. Sigue siendo cansado recordarlos tan a menudo, pero ahora los recuerdo desde la vida.Es una lástima no vivir con esa sustancia que mi cerebro segregaba y me hacía feliz. Era tan bonito que evoco la sensación y lloro de nuevo. Era tan bonito... (¡Todo era amor... amor! No había nada más que amor. En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor. Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos. Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre. Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones, de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas. Amor con una gran M, con una M mayúscula, chorreado de merengue, cubierto de flores blancas... Amor espermatozoico, esperantista. Amor desinfectado, amor untuoso... Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus faltas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas. Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos. Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas, que arranca los botones de los botines, que se alimenta de encelo y de ensalada. Amor impostergable y amor impuesto. Amor incandescente y amor incauto. Amor indeformable. Amor desnudo. Amor-amor que es, simplemente, amor. Amor y amor... ¡y nada más que amor!) Pero ya cambió la vida y siento como si entrara a un pasillo lleno de, de... todavía no sé de qué, pero me da una sensación de alerta. Como si ahora tuviera la necesidad de pensar más y sentir menos para poder elegir bien lo que he de absorber. Sí, es también una lástima, porque era hermoso que cualquier opción me pareciera maravillosa. Pero ya cambió la vida.

Me voy a extrañar mucho; no, ya me extraño, porque yo era feliz, feliz, feliz. Pero ya cambió la vida y ahora soy tan yo, que llego a ofender.

Si me hubieran dado a elegir, habría elegido ser más feliz y menos yo, pero como dice Sartre: No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero éste es el nuestro. Ouch, es demasiado fuerte la frase todavía.


Y a la hora de luchar con uno mismo, vienen las comparaciones, y Girondo, siempre presente, me ayudará una vez más a compararme. Este primer poemadrazo describe muy bien cuando, siguiendo con Sartre: Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad.


¿DÓNDE?
¿Me extravié en la fiebre? ¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres? ¿En la duda? ¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia, al engaño, a lo verde?...
No estaba junto al llanto, junto a lo despiadado,
por encima del asco, adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza, al horror, al delirio.No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos, más allá de las normas,
más allá del misterio, en el fondo del sueño,
del eco, del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.


Ahora el buen Girondo se acerca al estado que llegó después de la pistola:


GRATITUD
Gracias aroma
azul, fogata, encelo.
Gracias pelo, caballo,
mandarino.
Gracias pudor, turquesa, embrujo
vela, llamarada,
quietud, azar delirio.
Gracias a los racimos a la tarde, a la sed
al fervor
a las arrugas, al silencio a los senos,
a la noche, a la danza, a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios, al despertar
al cuerno, a la belleza, a la esponja
a la duda, a la semilla, a la sangre
a los toros, a la siesta.
Gracias por la ebriedad, por la vagancia,
por el aire
la piel las alamedas,
por el absurdo de hoy y de mañana,
desazón
avidez, calma, alegría,
nostalgia, desamor
ceniza
llanto.
Gracias a lo que nace, a lo que muere,
a las uñas, las alas, las hormigas,
los reflejos el viento
la rompiente,
el olvido
los granos la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango, sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.
Oliverio Girondo
agradecido.


¿Qué sería de la vida sin Girondo? El que nos hace pedir azotes, el que nos hace necesitar vivir unos meses dentro de una piedra, el que aplaude nuestro desastre, el que exige llorarlo todo, pero llorarlo bien, el que nos hace el amor volando. Cabrón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Mine! Años ha... pero sigues en mis recuerdos. Tan es así que te tengo una sorpre, por ahí me contó un pajarillo que coleccionas letreros simpaticones; pues te tengo uno GENIAL. Porfa pásame tu messenger para ponernos en contacto, ¿te parece? el mío es: camelpower_slb@hotmail.com
Por cierto... soy Susana, ¿Mary Barragán? ¿Suena familiar?
Te mando miles de besos, me encantó encontrarte por aquí y mis respetos, escribes de lo más intenso, amiga.
Love you lots!!! XOXOXO

Ōkami dijo...

me encanta sentir esa empatía, también amo a girondo!!


:)

Anónimo dijo...

Mis respetos, estimada señorita del cabaret. Me leí todo su blog y me encanta cómo escribe... Me hace acordar (como dice una maestra mía muy querida) cómo se comprende la gente: con-sintiendo. Siga así, esribiendo de tal manera, yo la seguiré con-sintiendo.