lunes, noviembre 03, 2008

Vivir mata. A morir se ha dicho.



He caminado sin la obligación de hacerlo estos últimos 2 días, y mi mente está inquieta. No había caminado así sabiéndome yo. Siempre que caminaba era para reconocer mi incompletud, pero estos días fue un poco distinto. Me asumí incompleta. No puedo decir que lo acepto, pero sí que lo siento muy claramente. Sin dudas.

Mi capacidad de sorprenderme ha cambiado. Si bien siempre me han sorprendido, fascinado, enloquecido las cosas pequeñas, ahora mi reacción no es de asombro incontrolado. Es algo más pequeño y no por ello menos lindo. Quizá esto se deba a que ya tengo en la mente la idea de que me puedo morir cualquier día, y hay un dejo de felicidad en cada descubrimiento; como decir, vaya, esto ya lo vi o ya lo sentí antes de morirme. Qué suerte.

Aunque mi reacción y mi sensación sean pequeñas, son buenas noticias por el simple hecho de ya tener conciencia de que estoy viva.
Era lindo sorprenderme muchísimo por cada cosa, pero si ya no es así, está bien. No se desequilibra el universo porque para eso siguen en el mundo seres que no han perdido esa capacidad. Y los admiro.

Divina se deleita cada vez que me ve y no puede controlar su felicidad cada vez que me pide comida y yo se la doy. O que me pide cariñitos y se los hago. Son sus momentos de felicidad más elevados.

Por otro lado, descubrí en youtube a una chava llamada Ashley que se dio a la tarea de documentar su transformación de niño a niña. Para ella hasta lo más pequeño es digno de celebración. Dedicó un video a la pulsera de perlas de fantasía que al fin se animó a comprar y a la emoción de salir a la calle como mujer y pedir un jugo de naranja.

La entiendo. Porque he tenido la sensación de no necesitar una montaña rusa ni una aventura exótica para sentir mariposas en el estómago y la adrenalina a todo lo que da.

Uf, hacía tanto que no podía sentarme a escribir una cuartilla sin ser traicionada por otra actividad, que me siento contenta de estar frente a mi compu, escribiendo de madrugada.

Y es que mis últimos años han transcurrido sin tiempo, pero con preocupación de vivir esa condición. Hoy no. No este momento. Este momento está asumido como sin tiempo, pero sin la preocupación. No, no son horas de escribir, y menos esto. Porque debería estar escribiendo otra cosa. Pero, hoy pasó esto y estoy escribiendo esto. Y no hay nada que pueda hacer al respecto.

Es tranquilizante no pagarle a las musas para que se queden, porque se quedan, pero sin amor. Váyanse pues, que mañana escribo lo que tengo que escribir.

Voy a tomar coca light. Voy a fumar. Voy a mantenerme despierta un poco más de tiempo. Puras cosas que matan, que afectan mi cuerpo. De cualquier modo los últimos tiempos los he pasado destruyéndome, pero ahora ya lo sé. Me voy a destruir un rato más, porque quiero.


1 comentario:

Hozbelya dijo...

tengoqueconfesar, que me he sentido sumamente atraida.he puesto pues ellinkhacia sublog...desde elmío...afidne compartirlasinanimo
deofendeerla.... así.. pues advierto queme tere mis naricesztanto y cuantome sea posible...saludo.