martes, diciembre 18, 2007

Todavía...El Teatro Lírico.*

Caminaba por República de Cuba después de una mañana en la pista de hielo que está en el Zócalo y al llegar al número 46 vi que la puerta estaba abierta.
No me apetece contar las palabras que dije y escuché, el caso es que entré al devastado Teatro Lírico.

Caminé lo que alguna vez fue un elegante lobby de puro mármol, entré a donde antes había butacas, unos pasos más y ahí estaba, sin techo y lleno de nuevas plantas...el escenario del Teatro Lírico.

Escalé las piedras que aún quedan y subí. Madera a punto de caerse, pero todavía majestuoso, enorme, vibrante.
Me paré en el centro-centro, donde se paraban las divas para ser iluminadas por las diablas que tengo en mi sala. Desde ahí veía la que fue la fosa de los músicos y la concha del apuntador, ya sin concha.
Los agujeros en el piso me dejaban ver los camerinos, hoy llenos de ratas y no de estrellas y entre tierra, ramas y polvo, los visité también.


No queda casi nada, pero lo que queda , enchina el cuero. Todavía un sillón rojo, todavía un pedazo de esténcil de cartel, todavía el mármol desquebrajado, todavía mi corazón y mi alma conmovidos y agradecidos por otra puerta que el amado Centro Histórico abre para que yo entre y crezca.

El Teatro Lírico fue inaugurado el 6 de agosto de 1907. En 1909 cambiaron su nombre por el de Follies Bergere, en 1922 por el de Teatro de la Comedia y en 1936 le regresaron su nombre original.

Nota feliz: Me hice propietaria de un pedazo de polea (con lo que se bajaban y subían los telones). Ahora adorna la mesa de mi sala.

2 comentarios:

Martín Olvera dijo...

ÓRALE... QUÉ PADRE... SIEMPRE HE QUERIDO QUE ME PASE ESO; ENCONTRAR UN LUGAR MARAVILLOSO...

EN FIN, QUÉ BIEN POR TI... ME GUSTÓ... SALUDITOS

Anónimo dijo...

PERO SI ESTAS HECHA TODA UNA LARA CROFT CULTURAL ! ! !, GRACIAS POR COMPARTIR TUS TESOROS ENCONTRADOS.